LEYENDAS DE LA CORONADA

LEYENDA DE LA ENCANTADA

Se cuenta, que en las cercanías de la aldea existe un cerro denominado de La Calaveruela, llamado cerro ¨de la Encantada¨ por el suceso que aconteció tras la aparición de una mujer a un natural de la aldea, en fechas posteriores a la reconquista.
Parece ser, que un vecino de la Coronada cuyo nombre era José Ramos, pasó caminando próximo al citado cerro y vio a una mujer que se encontraba sentada cosiendo; José se acercó y le quitó las tijeras. La encantada comenzó a correr detrás de él, que viéndose alcanzado, se dirigió hacia la iglesia que estaba en el Prado, agarrándose a los clavos y aldabas de la puerta para intentar abrirla. En ese mismo instante, la encantada se paró y mirando a José le dijo: da gracias a que te has agarrado al lugar sagrado; porque sino serías tú el que hubieras ocupado mi lugar como encantado José Ramos. Desde este mismo instante y hasta que muera el último de tu casta no volveré a aparecerme.
En la actualidad aún quedan en Coronada descendientes de José Ramos, y hasta la fecha no ha vuelto a aparecerse la encantada.

LEYENDA DEL PELLEJO DE BUEY

Se cuenta que en las proximidades de la aldea, concretamente en la finca denominada La fuente del apio, existe una encina conocida por los vecinos de Coronada como La encina del cuervo; siendo éste, el lugar donde se escondió un pellejo de buey lleno de oro en tiempos del dominio musulmán en la península. Más tarde, cuando fueron expulsados los árabes, uno de los sucesores regresó para buscar el pellejo, portando los documentos que le habían dejado sus antepasados para localizar dicho tesoro; pero por más que lo buscó no lo pudo encontrar; posteriormente, generaciones tras generaciones lo han buscado, pero jamás se ha podido
encontrar.

LEYENDA DE LA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LAS CORONADAS

Cuenta la leyenda, que la Virgen la encontró un pastorcillo que al arrodillarse a beber agua en una fuente, vio brillar algo en el fondo. Cuando se asomó vio la Virgen e intento cogerla, pero no pudo con ella; entonces, llamó a varios vecinos y entre todos pudieron sacarla. Desde ese día la Virgen pasó a pertenecer a la aldea; empezando a construirse la iglesia, en el sitio de la ¨higuera vieja¨, a unos dos kilómetros del lugar donde apareció.

Entrada realizada por Juncal Aranda Asensio, 3ºB.